El
Ferrocarril de Copiapó a Caldera fue el primero en construirse en Chile y su
precursor fue el norteamericano William Wheelwright quien comenzó su
construcción en marzo de 1850, entregándolo al servicio el día 25 de Diciembre
de 1851.
El
objetivo de este ferrocarril era el de servir al transporte principalmente de
los minerales extraídos desde la rica zona minera del interior de Copiapó hasta
el puerto de Caldera. Si
bien Wheelwright fue quien lo llevó a cabo, la idea de construir un ferrocarril
que uniera la ciudad de Copiapó con el mar había sido propuesta varios años
antes, más precisamente el 9 de noviembre de 1848, cuando el gobierno de Chile
otorga la concesión para su construcción a Juan N. Mouat, quien por falta de
recursos debió abandonar la idea, vendiéndole la concesión a Wheelwright. Este
último reunió a las personas más acaudaladas de la zona y formó con ellos la
Sociedad del Ferrocarril de Copiapó a Caldera.
Una
de sus primeras medidas fue la de buscar un lugar para instalar un puerto más
apropiado que el que se estaba usando hasta ese entonces y que se ubicaba en la
desembocadura del río Copiapó, en un lugar que hoy se conoce como "Puerto
Viejo". El lugar escogido fue la hasta entonces caleta de pescadores de
Caldera, donde se debía construir un muelle en el que los carros del
ferrocarril pudieran descargar directamente a los barcos atracados en él. El 20
de noviembre de 1849 el gobierno le concede a la Sociedad la concesión para el
nuevo trazado y para la habilitación del Puerto Mayor de Caldera.
Una
vez logrado esto, contrató los servicios de los Ingenieros Edward Wolfe, Walton
W. Evans y de los hermanos Allan y Alexander Campbell, para realizar tanto los
estudios del trazado como su realización definitiva.
En
marzo de 1850 se comenzaron los trabajos de construcción de la estación en el
puerto de Caldera, continuando luego en junio los de la vía. A principios de
1851 se comenzó el tendido de la vía, la que para febrero ya tenía 12 kms
terminados.
El
día 29 de Julio se realizó el primer viaje oficial de la locomotora
"Copiapó" arrastrando tres carros de carga desde Caldera hasta Monte
Amargo.


Las
locomotoras traídas para este ferrocarril, y entre ellas la Copiapó, que fue la
primera en recorrer suelo chileno, fueron construidas en Filadelfia, Estados
Unidos por la fábrica de Norris Brothers. Llegaron a Chile el 21 de Junio de
1851, junto con los coches de pasajeros.
Para
mediados de 1851 se había terminado la construcción de la vía hasta Copiapó y
su inauguración oficial se realizó el día 25 de Diciembre.
Dado
que el objetivo principal de este ferrocarril era el transporte de minerales,
en los años siguientes se extendió la vía 70 kilómetros hacia el interior,
llegando en 1855 a San Antonio. Por otro lado se construyeron ramales a
Chañarcillo y a Puquios, de 42 y 50 kilómetros respectivamente.
Durante
la depresión económica de la década de 1870, muchos de los accionistas chilenos
vendieron su parte, pasando la empresa a ser controlada principalmente por
extranjeros hasta que en 1910, el Estado de Chile la adquiere para unirla a la
red Longitudinal Norte. Este hecho obligó a cambiar el ancho de la vía,
construida originalmente con trocha Stephenson de 1.435 mm (estándar en Europa
y Estados Unidos), para compatibilizarla con la del resto de la red. Por esta
razón la vía fue bi-trochada instalando un tercer riel en el centro, para
permitir, durante algún tiempo, la circulación de material rodante de ambos
anchos de vía hasta que finalmente quedó solo con una trocha de 1 mt.
En
1990 la red norte fue transferida a Ferronor, propiedad de Corfo (Corporación
de Fomento de la Producción), y luego, en 1997, Ferronor fue vendida a Andrés
Pirazzoli y Cia., incluida la vía y la franja de terreno que ocupa. Ferronor,
utiliza actualmente sólo algunos tramos que forman parte de la red
longitudinal, por lo que el resto se encuentra en total estado de abandono.
Esto ha provocado que la vía entre Copiapó y Caldera se encuentre hoy cubierta
por una espesa vegetación y por la arena en las dunas cercanas a la costa, lo
que hace muy poco rentable su recuperación.
Afortunadamente,
los inmuebles más importantes han sido preservados y protegidos declarándolos
"Monumentos Nacionales". La estación de Caldera recibió tal
distinción el 20 de julio de 1964, aunque el enorme complejo ferroviario que la
rodeaba y que incluía maestranzas, fundiciones de fierro y bronce, talleres de
carrocería y carpintería, dos casas de máquinas y almacenes de depósitos fueron
desmantelados alrededor de 1930.
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